¡Qué mañanita! La gilipollas de la vendedora me ha llamado a las 8 y media cuando todavía estaba despidiendo a Mia en el patio del cole, para advertirme que firmamos hoy pero que el niño prodigio y ella han pensado que suben el precio. Vaya chorrada, no me ha costado mucho recordale el contrato de arras firmado el lunes y ella ha sacado a relucir su mala leche. El motorola chillaba como un ratón a 20 cm de mi oreja mientras caminaba hacia el coche, me la repanfinflan sus insultos y me la repanfifla ella.
Debí colgar el teléfono a 10 km de madrid, tras comprobar que se había calmado y aceptaba vender la casa tal y como acordamos por escrito. Me di cuenta de que no llevaba las escrituras de apoderamiento conmigo, cuando antes de colgar dijo algo como "...pues más te vale tener todo en orden para firmar, porque si no, me quedo con las arras y no firmo...".
Más de media hora después y otra vez de vuelta en la R2, puse Led Zeppelin en el ipod conectado al coche y grité el d´yer mak´er hasta que sonó el teléfono otra vez. Era Manuel, nada que comentar de aquella llamada, sólo quería pedirme perdón por el comportamiento de su cliente, que estaba algo nerviosa por desprenderse de la casa (ya, ya ...que se ha quedado sin su capricho de 69 kilos).
El motorola último grito veía venir uno de tantos días de trabajo:
NOTARIO SIGU, Silvia, la oficial de la notaría me cuenta algo agobiada que no aparece la propiedad en el número 17, sólo en el número 13 y que esta si, coincide con la descripción de la finca de la compraventa. Le digo que no se preocupe, que seguro que es el número antigüo de san roque, que ya sabe el lío de números de esta calle.
MAMÁ MÓVIL. Mi madre, pregunta por la hora de la cita. Le recuerdo que no tiene que venir a la notaría, que nos vemos después y vamos todos al edificio una vez comprado. No le cuento lo de Maria Teresa (??) para que no se agobie... últimamente echa pestes con el lío de CCM y el Ayuntamiento.
JUAN MÓVIL. ¿Te hace ilusión la compra del edificio? Si... si...pero te dejo que voy conduciendo y en este tramo de la R2 se pierde la cobertura. No te veo muy convencido Nicolás. Psché, ya se me pasará, tonterías mías.
Vuelvo a poner música en el coche y por una vez, no recibo llamadas en el tramo fantasma de la R2.
Paralelo a Cabanillas, comienza el baile otra vez.
CCM GUADA. Una secretaria de la central regional me dice que el director no puede y que manda a dos que tienen poderes suficientes para firmar nuestro préstamo para la compraventa.
CASA. Que me he dejado el snack de mi hija. ¡Bravo Nicolás!
OFICINA. No se muy bien qué pensar, pero el Sr. Kissels AKA "El alemán de Palma" (cliente de Michael) ha mandado un fax a nuestra oficina aceptando nuestra oferta de compra del edificio. Lucía está emocionada, yo estoy confundido.
130 km más tarde, estabamos el niño pintor, su mujer, mi socio, Manuel, Eric y yo reunidos en mi casa, arreglando los detalles de la compraventa. "Malas pulgas" ha venido con un calzado tipo merceditas con suela tipo plataforma, calcetines fucsia y algo que yo clasifico como pantalón de chandal deluxe, camisa abotonada hasta el cuello y una (¡yak!) chaqueta de punto que, con suerte, era de cashmere. No me equivoco al decir que pasó la tarde en alguna peluquería y la mañana delante del espejo. A quién querría engañar con tantos cuidados y cremas, me pregunto. Lo primero que me dijo al verme fue ´¿no creerás que te vamos a dar los cuadros de Pepe y los dos Santos?´para posteriormente gruñir algún reproche en dirección al niño pintor.
En este tipo de visitas al notario, uno cree que todo va a salir mal. Además y gracias a mi pasividad de último minuto (si no está bien hecho el día anterior, hoy no es posible resolver nada) añado algo más de intríngulis al acto público. La oficial siempre intenta pillarme en algún despiste (que los tengo) como ¿te has traido los poderes? o `...menos mal que la parte vendedora me ha traído el último recibo del IBI...´No solo hace bien asegurándose conmigo, sino que además lo hace con mucha simpatía.
Finalmente todo salió bien, los administradores mancomunados (mi socio el constructor y yo) firmamos donde D. José Ramón señaló y la mujer del ex-niño prodigio se portó como cualquier otra vendedora y sonrió cuando uno de aquellos desconocidos de CCM les entregó un talón conformado equivalente a la mitad de su capricho original. Acabamos en el Sánchez todos, tomando una caña -ya con mi madre- y charlando de la casa y otros asuntos sin importancia. Debió ser una buena compraventa para ambas partes, porque a todos se nos veía aguantando la risa.
Por fin dejamos atrás a la parte vendedora y nos encontramos con todos los socios excepto mis hermanos (que no vinieron) y Eric (que se tuvo que ir a Madrid echando chispas) dentro del edificio. Marcamos con etiquetas todos y cada uno de los muebles para saber de quién era cada cual y mi madre nos explicó brevemente cómo serían las casas tras la demolición de los forjados y muros, Juanmi (socio constructor) nos comentó que para ese edificio teníamos que contratar a Lino de arquitecto y olvidarnos de César y su manía de gastar pasta en estabilizadores de fachadas, micropilotes y toda aquella serie de medidas absurdas... que Lino tenía mucha más experiencia y no necesitaba todas esas chorradas. Tengo que reconocer que tiene razón, César se pasa mil pueblos siempre con los costes, y tiene un pronto iracundo que no mola nada. En cuanto al diseño, no se le echaría de menos ya que quien marca el estilo de todas las obras, diseño de espacios y detalles es mi madre.
En el camino desde San Roque 17 (antigüo número 13) hasta el número 7 (nuestra casa) mi madre me comenta que la promoción se llamará CASA DEL PINTOR y yo le digo que Kissels ha aceptado nuestra oferta por 2 millones de €. A pocos metros, suena mi móvil, es Brigitte, que está llegando a Guadalajara para dejar a Mia, se lo digo a mi madre y sale pitando hacia allá. Me quedo sólo en casa para ordenar, buscar toallas para todos, ver reservas de alcohol y hacer una compra para desayunos y demás.
Me siento junto al ventanal del patio de casa, enciendo la luz del sillón y me quedo mirando a la enredadera que trepa la valla. Pienso que no deja de ser curioso que el día de todos los santos cierre la compra de un antigüo edificio... también pienso en lo divertido que puede ser meternos en aquel antigüo caserón en plena noche a darnos sustos... voy a llamar a mi padre para contarle que ya está hecha la compra y después me echo una siesta, que estoy machacado.
¿Qué haces que no eres miembro de www.piñaypollo.com? Vamos, date de alta, haz piña con gente como tú o con empresas como la tuya...
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