Las nuestras son las mejores intenciones. Si señora, nos interesa más que a Ud. que el plan salga bien, que una idea como la nuestra crezca, se pase de boca a oido y se propague. Porque si algo hemos sacado en claro de la globalización vivida en los útlimos años, no es que cocacola se pueda vender por
internet ni que todos tomemo el mismo café.
La mejor conclusión es que si muchos se mueven, se cambia el mundo. Si a esto le añadimos que la mayoría de los que queremos cambiar el mundo, tenemos claro qué pinta debe tener, pues lo que queda es ponerse manos a la obra.
Deberíamos abrir los ojos de una vez y evitar los mensajes que nos atenazan, lo que publican las teles y los (otros) periódicos. Todo es un compendio de horrores y nadie explica el por qué del pollo.
Mi intención es, también, dejar claro que el problema viene de cerca, viene del euro y las ganas de fortuna fácil. Como la fortuna no es fácil (que se lo digan a un autónomo) tiramos hacia “que parezca que tengo fortuna” y comenzamos hace una década a vivir por encima de nuestras posibilidades. La ropa, la moto, el coche, la tele, y lo último: la casa.
Ay la casa, la casa... y las subprime y el resto es historia.
Así que la primera lección está ahí. ya la hemos aprendido, sabemos lo que es parecer que vivimos bien y no ha molado demasiado, así que comencemos la carrera para vivir bien de verdad, y esta vez no será rápido, será lento y costará, pero el final del cuento se antoja precioso.
Sobre la valentía y la creatividad.
La valentía se necesita sobre todo en épocas de guerra. De otro tipo, pero esta sin duda es una guerra, así que quiero a todos firmes y dispuestos a soportar todos los disgustos que los gobiernos y las economías sean capaces de producir, no flaquearemos.
Finalmente la creatividad será la que nos de alas. Se que tienes una panadería, pero si no funciona la venta de pan como tú pensaste, planteate cambios desde ya. Preguntate qué sabes hacer tú con lo que ya tienes (una panadería, valentía, clientes, un cartel en la puerta...) Cogelo todo y aumenta tu produc-
tividad, disminuye tus costes, gana dinero y da empleo a otros, se feliz. Tú eres empresario, eres el motor de todo esto, un creador, no lo olvides.
Este artículo ha sido escrito por Nicolás Domínguez