Consultores, asesores, gurús, etc: ¿Qué aportan exactamente estas cabezas pensantes a tu negocio? Especialmente a empresas de tamaño pequeño y mediano. Justificar, no solo económicamente sino moralmente, el pago de cantidades, a veces exorbitadas, por este tipo de servicios es una tarea difícil especialmente en tiempos de crisis.
El empresario debe empezar preguntándose ¿Por qué alguien de fuera va a saber más sobre mi negocio que yo? Ésta es de fácil respuesta, las personas y empresas que se dedican a proveer este tipo de servicios generalmente están en contacto con varias compañías de tu mismo sector, por eso tienen una visión mas amplia de cómo evoluciona el mercado tano doméstico como internacional, a qué tipo de problemas y obstáculos se enfrentan las empresas del sector y siempre disponen de información sobre subvenciones, ayudas y asociaciones de las cuales se pueden beneficiar los empresarios como nosotros.
Así que de la primera pregunta nace otra igual de importante: ¿Pero hay que pagar por este tipo de información? A día de hoy si uno es activo en su negocio y por qué no decirlo, algo despabilado, puede
acceder esta información gratuitamente.
Internet, boletines oficiales, literatura especializada, conferencias y ferias, etc. todas son fuente de información de valor, si es cierto que requieren tiempo y paciencia para sacarles provecho. Tiempo que tal vez pensamos no disponemos.
Punto primero, el esfuerzo valdrá la pena y bastante más de lo que podamos pensar a priori. De regalo, nos hará estar más activos e informa dos sobre nuestro negocio y sector. Y segundo, nos pone en contacto con otras empresas del sector que a su vez nos permitirá ver otros modelos de gestión y negocio.
Si el proyecto es suficientemente grande y costoso como para contratar una consultoría externa, debe tomar en cuenta ciertos factores a la hora de contratar empresas externas para no comprometer nuestra compañía a un servicio que puede resultar muy caro en varios aspectos. A continuación repasaremos detalles que se deben tener en mente para garantizar un servicio que cumple con las expectativas de la empresa y la protege ante posibles abusos.
El contrato – Asegurar que los parámetros del acuerdo incluyen claramente el trabajo y plazos para su cumplimiento.
Historial de la empresa – Hay una gran variedad de empresas consultora, así que las referencias son fundamentales.
Gastos – Aparte de la tarifa de los servicios del consultor hay que tomar en cuenta otro tipo de costes para los que se debe aclarar quien los cubre: material, desplazamientos, dietas, etc. Muéstrelos de forma clara y detallada en el contrato que firme para no llevarse sorpresas con la factura.
Disponibilidad – Muchas veces las empresas consultoras se comprometen a servicios sin tomar en cuenta la disponibilidad de sus propios recursos y los de su cliente.
Asegúrese no sólo del número de personas necesarias sino también su capacidad. Si es posible, pida por adelantado el currículo de los recursos para evaluar su cumplimiento.
Confidencialidad - Firme un contrato de confidencialidad, es posible que también estén trabajado con nuestra competencia y desde luego queremos evitar la filtración de información tanto durante el trabajo, como a su finalización.
Empleados – Hay que mantener dentro de lo posible informados a nuestros empleados sobre el por qué y el cómo se harán los servicios contratados para evitar malos entendidos y asegurarnos una transferencia de información fluida, fundamental para el buen fin del encargo.
Por último, deberíamos invertir tanto tiempo sino más en la selección de la empresas consultora, como en evaluar su necesidad. Se puede obtener mucha información valiosa de las entrevistas con las empresas candidatas durante el proceso de selección. Las compañías consultoras viven de vender sus servicios y hacen todo lo posible para destacar y diferenciarse de su competencia a base de sus conocimientos. ¡Tanto, que podríamos darnos cuenta que no nos hacen falta!
Este artículo ha sido escrito por Michael Elms